+1 800 972-5442 (en español)
+1 800 876-9880 (en inglés)
ALIMENTO DIARIO
Jehová es tardo para la ira y grande en misericordia, perdona la maldad y la rebelión, aunque de ningún modo tendrá por inocente al culpable, pues castiga el pecado de los padres sobre los hijos hasta la tercera y la cuarta generación. Números 14:18 (RVR1995)Jehová es tardo para la ira y grande en misericordia, perdona la maldad y la rebelión, aunque de ningún modo tendrá por inocente al culpable, pues castiga el pecado de los padres sobre los hijos hasta la tercera y la cuarta generación. Números 14:18 (RVR1995)
La semana pasada la cadena de noticias CNN informó acerca del problema con que se encontraron los constructores del nuevo Parque Olímpico en Londres.
Dicho «problema» surgió cuando quienes estaban excavando se encontraron con un objeto de 4 pies por 2 pies de tamaño. Al no poder descifrar de qué se trataba, decidieron engancharlo a una grúa y hacerlo subir a la superficie. Cuando finalmente pudieron ver lo que habían desenterrado, todos salieron corriendo, lo cual fue una sabia idea, ya que el objeto en cuestión era una bomba alemana de 2.200 libras sin explotar, de la Segunda Guerra Mundial.
Finalmente llamaron al escuadrón de explosivos quienes lentamente comenzaron a desmantelar el artefacto. Pero aparentemente a la bomba no le gustó que le hicieran eso, porque de pronto su reloj comenzó a andar, como preparándose para explotar. Eventualmente, el escuadrón logró desmantelarla sin que explotarla.
Cuando leí esta historia pensé: «qué triste es que una guerra que sucedió hace más de cincuenta años, ponga en peligro todavía hoy la vida de alguien». En realidad, lo trágico es que la maldad parece tener vida propia y extenderse a través de varias generaciones.
Eso es verdad tanto para la bomba encontrada en Londres, como para los campos minados que hay alrededor del mundo, como para los hogares en los que los niños aprenden a tener celos, resentimientos, y odio, porque eso es lo que ven en sus padres.
Los pecados de los padres sobre los hijos. De eso habla el texto de esta devoción. Es uno de esos textos ante los cuales la mayoría de las personas reacciona diciendo: «No es justo». Y no, no lo es. Pero es la realidad en la que vivimos; una realidad que tiene sus raíces en la desobediencia e indiferencia que desde siempre hemos tenido por Dios.
Pero así como el pecado ha impregnado y contagiado todo, así también Cristo puede impregnar y cambiar todo. El Hijo de Dios vino a este mundo para destruir el dominio del diablo sobre la humanidad. Gracias a que Jesucristo resucitó, la bomba del pecado ha sido desmantelada. Gracias a que Jesucristo vive, quienes creen en él vivirán para siempre.
A través de su vida sin pecado, su muerte sacrificial, y su resurrección victoriosa, Jesús nos garantiza que el pecado, el diablo, y la muerte ya no tienen más dominio sobre quienes en él confían.
ORACIÓN: Querido Señor Jesús, te doy gracias y te alabo por rescatarme de la maldad que hay en el mundo y en mí mismo. Haz que pueda vivir este día disfrutando la libertad que tú me has dado. En tu nombre. Amén.