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ALIMENTO DIARIO
No profanarás el nombre de tu Dios, entregando a tus hijos para que sean quemados como sacrificio a Moloc. Yo soy el Señor. Levíticos 18:21No profanarás el nombre de tu Dios, entregando a tus hijos para que sean quemados como sacrificio a Moloc. Yo soy el Señor. Levíticos 18:21
Samira Jassim es conocida como la «madre de los creyentes». Al leer su historia he tratado de comprenderla, pero por más que he tratado, no lo he logrado.
Samira es una mujer iraquí de 51 años que confesó haber organizado la violación de más de 80 mujeres jóvenes. Luego de haberlas hecho sentir suficientemente avergonzadas por lo que les había pasado, y de haberlas hecho entender que ningún hombre islámico respetable iba a querer casarse con ellas, Samira las convenció de que se convirtieran en bombas humanas.
De las 80 jóvenes que Samira había reclutado después de haberlas hecho violar, 28 llevaron a cabo la tarea que les fue asignada.
No, no logro comprenderla. ¿Cómo es posible que esa «madre de los creyentes» les hiciera algo tan atroz a esas jóvenes mujeres que compartían su misma fe, y que sólo querían lo mismo que todos queremos: vivir la vida en paz y felicidad.
Lo único que se me ocurre pensar es que el corazón de Samira está tan lleno de odio, que cree que el fin justifica los medios, sin importarle lo que duela o a cuántos lastime.
En contraste con Samira, que no tiene problemas en organizar violaciones y asesinatos, vemos lo que Pablo le dice al pueblo de Dios acerca de cómo deben comportarse. En su carta a la iglesia en Roma, Pablo escribe: «No paguen a nadie mal por mal. Procuren hacer lo bueno delante de todos. Si es posible, y en cuanto dependa de ustedes, vivan en paz con todos.» (Romanos 12:17-18)
Recordemos que antes de conocer a Jesús y de escribir estas palabras, Pablo había perseguido y martirizado a los seguidores del Salvador. Pero después del encuentro personal que tuvo con Jesús, y a causa del perdón que de él recibió, su vida fue totalmente transformada.
Con el Salvador en su corazón, Pablo hizo lo mejor que supo hacer para servirle y para edificar a todos cuantos encontraba en su camino. Eso es algo que sí puedo comprender, y que todos podemos imitar.
ORACIÓN: Querido Señor Jesús, el mundo está lleno de odio. Te pido por las personas como Samira, para que les llegue el momento de conversión y de cambio en sus vidas. Pero si así no sucede, te pido que termines con los actos diabólicos de Samira y de todos los que piensan como ella. En tu nombre. Amén.