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ALIMENTO DIARIO
Luego vi otro ángel, el cual volaba en medio del cielo. Tenía el evangelio eterno, para predicarlo a los habitantes de la tierra, es decir, a toda nación, raza, lengua y pueblo. Ese ángel decía con fuerte voz: «Teman a Dios, y denle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado. Adoren al que hizo el cielo y la tierra, el mar y los manantiales de agua» (Apocalipsis 14:6-7)Luego vi otro ángel, el cual volaba en medio del cielo. Tenía el evangelio eterno, para predicarlo a los habitantes de la tierra, es decir, a toda nación, raza, lengua y pueblo. Ese ángel decía con fuerte voz: «Teman a Dios, y denle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado. Adoren al que hizo el cielo y la tierra, el mar y los manantiales de agua» (Apocalipsis 14:6-7)
¿Alguna vez te has preguntado por qué este pasaje de la Biblia aparece todos los años el Domingo de la Reforma? Me han dicho que es porque algunas personas lo vieron como una profecía de la obra de Martín Lutero. Dios lo usó a él y a otros para traer el Evangelio de Jesús a una vista clara para que millones de personas pudieran creer.
Si de eso se trata realmente el pasaje o no, no lo sé. Pero sí sé que Dios envía mensajeros—»ángeles» es el término griego—para contar el Evangelio de Jesús a tantas personas como sea posible. ¡Y la mayoría de esos mensajeros son humanos! Padres, amigos, pastores, vecinos, todos transmiten las buenas nuevas en las que creen, para que otros también puedan regocijarse en ellas.
¿Y qué dicen? Les dicen que Dios se preocupó tanto por nuestra raza humana que Él mismo vino a nuestro mundo para rescatarnos. Les dicen que se hizo un ser humano, Jesucristo Hombre, y que enseñó, sanó y cuidó de los necesitados, hasta el día en que permitió que sus enemigos lo arrestaran, lo torturaran y lo mataran en una cruz. Les dicen que lo hizo voluntariamente, porque así podía quebrantar el poder del mal sobre toda la raza humana. Y luego resucitó de entre los muertos al tercer día, quebrantando el poder de la muerte. Ahora todos los que confíen en Él compartirán los dones de Dios de libertad, perdón y vida eterna.
Eso es lo que dicen los mensajeros de Jesús. ¿Puedes tú decírselo también a alguien que amas?
ORACIÓN: Amado Señor, tú conoces mis debilidades. Úsame como quieras para ser tu mensajera. Amén.
Para reflexionar:
* ¿Te pone nervioso hablar de Jesús? ¿Qué podría ayudarte a sentirte más cómodo? (visita la librería de CPTLN por recursos que te ayudarán. El folleto Cómo hablar sobre tu fe es un excelente recurso para comenzar)
* ¿Qué pasos pequeños podrías dar para compartir esta Buena Nueva con alguien a quien amas?
Dra. Kari Vo
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