ALIMENTO DIARIO

  • "Mi carne es débil"


  • febrero 11, 2025
  • Manténganse despiertos, y oren, para que no caigan en tentación. A decir verdad, el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil (Marcos 14:38).


  • «La carne es débil» dijo Jesús. ¡Y sí que lo es! Mira lo que nos dice Pablo en Gálatas 5:19-21: «Las obras de la carne se manifiestan en adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a éstas. Acerca de ellas les advierto, como ya antes les he dicho, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios».

    Y quizá tú digas que no eres culpable de esa lista entera, pero recuerda lo que dice Santiago 2:10: «Porque cualquiera que cumpla toda la ley, pero que falle en un solo mandato, ya es culpable de haber fallado en todos». ¡Ay! Así que di conmigo: mi carne es débil.

    La buena noticia es que Jesús hizo lo que ninguno de nosotros podía hacer. Él resistió todas las tentaciones por nosotros, tomó nuestro lugar y venció el pecado. Cuando oramos «no nos dejes caer en la tentación», no estamos pidiéndole a Dios que nos haga más fuertes por nuestra cuenta, sino que nos mantenga conectados a la obra de Cristo, quien ya venció por nosotros. Pedimos que nuestra fe en Jesús y nuestro amor por Él no se enfríen con la incredulidad; que permanezcamos alerta y en guardia contra las amenazas a nuestra fe; y que nuestro Padre nos proteja de todos los pecados que vienen de Satanás, el mundo, y nuestra carne pecaminosa.

    Y cuando caemos, su gracia siempre nos alcanza. Jesús no solo nos perdona, sino que nos da su Espíritu para transformarnos y vivir de una manera que agrada a Dios, no porque tengamos que ganar el cielo, sino porque Jesús ya nos lo dio.

    Padre nuestro, gracias por recordarnos que el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil. No nos dejes caer en la tentación. Mantennos despiertos, y orando, para que no caigamos en tentación, confiando en que Cristo ya ha vencido por nosotros y nos ha dado su Espíritu para vivir de manera que te honre. En el nombre de Jesús. Amén.

    Para reflexionar:
    * ¿Puedes recordar un momento en el que intentaste resistir una tentación, pero te diste cuenta de que tu carne era demasiado débil? ¿Cómo sentiste el apoyo de Jesús en ese momento?
    * ¿De qué manera has experimentado la gracia de Cristo cuando has caído en pecado? ¿Cómo te ha transformado su perdón?

    Diaconisa Noemí Guerra


    © Copyright 2025 Cristo Para Todas Las Naciones