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ALIMENTO DIARIO
No tomen venganza, hermanos míos, sino dejen el castigo en las manos de Dios, porque está escrito: «Mía es la venganza; yo pagaré», dice el Señor. Romanos 12:19No tomen venganza, hermanos míos, sino dejen el castigo en las manos de Dios, porque está escrito: «Mía es la venganza; yo pagaré», dice el Señor. Romanos 12:19
Esta mañana, cuando venía para la oficina, se atravesó enfrente de mí un conductor sin mirar (y estoy seguro sin siquiera darse cuenta que yo estaba ahí).
Estaba a punto de aplastar la bocina cuando recordé una historia que un predicador me contó a comienzos de mi ministerio. Se trataba de un granjero de su iglesia que muchas veces había sido molestado por un auto repleto de jóvenes que se divertían traspasando la verja de su huerto y llevándose sus manzanas sin pedirle permiso.
Un día el granjero agarró a los jóvenes con las manos en la masa. Rápidamente uno de ellos, engullendo de apuro un pedazo de manzana, dijo muy animosamente y sonriendo: «Esperamos que no le moleste que hayamos tomado algunas de sus manzanas.»
«No, para nada», dijo el granjero, también sonriendo, y agregó: «y espero que no les moleste si tomo algo de aire de sus neumáticos».
Honestamente, con esta historia el granjero hizo algo más que tomar algo de aire de los neumáticos: él cambió mi vida, porque cada vez que estoy a punto de vengarme de alguien por algún daño real o imaginario que me han hecho, la cara del granjero me viene a la mente.
La venganza rara vez ayuda a la persona con quien estoy molesto, e insulta la memoria, el ejemplo, y el propósito de mi Salvador.
Jesús, que dio su vida para salvarnos, nunca se vengó por el daño que los demás le hicieron. Por el contrario, él llamó a sus enemigos al arrepentimiento y al perdón.
Y si leí correctamente el versículo bíblico para hoy, nosotros debemos evitar la venganza, y dejar el castigo final al Señor.
ORACIÓN: Querido Señor, es una bendición tener a un Salvador que perdona nuestras pobres decisiones y actitudes. Ayúdame a compartir con los demás el perdón que tú me has dado. En el nombre de Jesús. Amén.
De una devoción escrita originalmente para «By the Way»