ALIMENTO DIARIO

  • "¿Mirar o ver?"


  • junio 22, 2008
  • Mira a mi derecha, y ve: nadie me tiende la mano. No tengo dónde refugiarme; por mí nadie se preocupa. A ti, Señor, te pido ayuda; a ti te digo: "Tú eres mi refugio, mi porción en la tierra de los vivientes". Salmo 142:4-5Mira a mi derecha, y ve: nadie me tiende la mano. No tengo dónde refugiarme; por mí nadie se preocupa. A ti, Señor, te pido ayuda; a ti te digo: "Tú eres mi refugio, mi porción en la tierra de los vivientes". Salmo 142:4-5


  • Todos vivimos nuestras vidas como si estuviéramos en exposición. De veras, cada día decenas (y en algunos casos centenas) de personas nos miran, pero lamentablemente, la mayoría de quienes nos miran en realidad no nos ven.

    Esa realidad la podemos ver muy claramente en lo que le sucedió a Jean Louviot, un estudiante francés. Jean logró viajar a través de Europa con una fotografía falsa en su pasaporte. Cuando le dijo al guardia de la frontera que la fotografía no era de él, el guardia se excusó diciendo: «Es que los jóvenes de hoy usan el cabello de formas tan raras…»

    Lo que hace más interesante a la historia, y razón por la cual el guardia debería haber admitido su omisión, es que la foto que Jean tenía en su pasaporte era de su perro.

    Los cristianos nos alegramos porque tenemos un Dios que nos ve como personas individuales y conoce lo que cada uno de nosotros queremos y necesitamos. Dios nunca pasa a nuestro lado sin vernos, sino que trata a cada uno de sus hijos en forma especial.

    Pídale al Señor que le aclare su visión para que pueda realmente ver y hacer sentir especial a las personas con quienes se encuentre en este día. Hágales saber que son apreciadas y que pueden contar con usted en todo momento.

    De una devoción escrita originalmente para «By the Way»

    ORACIÓN: Querido Dios, te doy gracias porque sé que me ves y me amas así como soy, y que sabes lo que quiero y lo que necesito. Aumenta mi sensibilidad, para que pueda ver a los demás. Te lo pido en el nombre de Jesús quien, aún habiéndome visto, me amó tanto que murió en la cruz para salvarme. En su nombre. Amén.