ALIMENTO DIARIO

  • "No tienes excusa"


  • abril 14, 2023
  • Por tanto tú, que juzgas a otros, no tienes excusa, no importa quién seas, pues al juzgar a otros te condenas a ti mismo, porque haces las mismas cosas que hacen ellos. Todos sabemos que el juicio de Dios contra los que practican tales cosas se ciñe a la verdad. Y tú, que juzgas a los demás pero practicas las mismas cosas que ellos, ¿piensas que escaparás del juicio de Dios? ¿No te das cuenta de que menosprecias la benignidad, la tolerancia y la paciencia de Dios, y que ignoras que su benignidad busca llevarte al arrepentimiento? Pero por la obstinación y dureza de tu corazón, vas acumulando ira contra ti mismo para el día de la ira, cuando Dios revelará su justo juicio, en el cual pagará a cada uno conforme a sus obras (Romanos 2:1-6).Por tanto tú, que juzgas a otros, no tienes excusa, no importa quién seas, pues al juzgar a otros te condenas a ti mismo, porque haces las mismas cosas que hacen ellos. Todos sabemos que el juicio de Dios contra los que practican tales cosas se ciñe a la verdad. Y tú, que juzgas a los demás pero practicas las mismas cosas que ellos, ¿piensas que escaparás del juicio de Dios? ¿No te das cuenta de que menosprecias la benignidad, la tolerancia y la paciencia de Dios, y que ignoras que su benignidad busca llevarte al arrepentimiento? Pero por la obstinación y dureza de tu corazón, vas acumulando ira contra ti mismo para el día de la ira, cuando Dios revelará su justo juicio, en el cual pagará a cada uno conforme a sus obras (Romanos 2:1-6).


  • Mi cuñada y yo fuimos a una fiesta de cumpleaños en un parque, así que estábamos en pantalones que nos llegaban a la rodilla. Una señora no dejaba de mirarnos y de murmurar contra nosotras porque éramos cristianas y usábamos pantalones, lo que ella consideraba que no era «santo».

    Esa misma tarde, la señora le pidió ayuda a mi cuñada para que le llenara una solicitud para pedir Medicaid para sus hijos, y para que se lo concedieran, le dijo que escribiera que era madre soltera, aunque en realidad estaba casada. ¡Cuánta hipocresía! Mi cuñada le dijo que no iba a mentir porque eso no era «santo» ante Dios.

    ¿Estás juzgando a esa señora como la juzgamos mi cuñada y yo? ¿Estás meneando la cabeza con el puño en alto creyéndote mejor que ella porque sabes que Jesús es quien nos santifica y no nuestras obras o vestimenta?

    Regresa al texto bíblico para hoy y léelo de nuevo. ¡Tú acabas de hacer lo mismo! Lo cierto es que todos pecamos. Unos de una forma y otros de otra, pero todos somos pecadores y ninguno de nosotros tenemos derecho de juzgar a otros.

    Padre, perdóname porque acabo de juzgar a otro pecador igual que yo. Amén.

    Para reflexionar:

    * ¿Qué cosas te hacen creer que eres mejor que otras personas?
    * Toma unos minutos para confesar tu pecado de superioridad y recibir el perdón de Dios.

    Diaconisa Noemí Guerra


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