ALIMENTO DIARIO

  • "Nuestra misión"


  • julio 25, 2008
  • Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones... Mateo 28:19aPor tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones... Mateo 28:19a


  • Queridos hermanos en Cristo:

    La historia de la salvación en Jesucristo llega a todo el mundo. Para que los lectores de estas Devociones Diarias puedan ver el poder del Salvador a nivel mundial, hemos pedido a nuestras Oficinas Internacionales que escriban las devociones de los viernes. Oramos para que el Espíritu toque su corazón a través de ellas.

    En Cristo,

    Pastor Ken Klaus,
    Orador The Lutheran Hour
    Cristo Para Todas Las Naciones

    Había una vez una familia muy pobre. Nunca tenían dinero suficiente para comprar regalos para sus niños, pero un día los padres decidieron comprar una bicicleta para el hijo mayor. Era un regalo caro que el niño cuidaba muy bien.

    Su hermana menor también quería usarla, así es que le enseñó cómo sentarse, cómo pedalear correctamente, y cuál era la mejor forma de manejar sin chocar contra nada. Para el niño hacer todo eso era un gran desafío, pero su hermana estaba encantada de que compartiera con ella su regalo, cuidándolo como si fuera propio.

    Los cristianos hemos recibido el mayor regalo imaginable -el amor de Dios el Padre, y el perdón de nuestros pecados a través de la muerte de su hijo Jesucristo.

    Nosotros también tenemos desafíos en nuestras vidas: tenemos que alimentar nuestra fe leyendo y estudiando la Palabra de Dios, y tenemos que compartir esa Palabra con quienes aún no han recibido las buenas noticias de la salvación que nos da Jesucristo.

    En Mateo 28:19a Jesús dice: «Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones…»

    El niño de nuestra historia compartió su preciado regalo con su hermana para que ella también pudiera disfrutarlo. Aunque es triste reconocerlo, a menudo nosotros hacemos lo contrario, guardándonos para nosotros mismos el regalo de la gracia y misericordia de Dios.

    El mandato de Jesús en Mateo 28:19 es claro en cuanto a la importancia de nuestra tarea y de la misión de la Iglesia. Compartamos, entonces, su regalo con quienes nos rodean, para que muchos más tengan la oportunidad de conocer a Jesucristo y así disfrutar de la gracia y el amor de Dios, y de la vida eterna junto a él.

    ORACIÓN: Padre celestial, a través de tu Espíritu Santo ayúdanos a llevar a cabo la misión que tú nos has encomendado de compartir tu amor y tu esperanza con los demás. En el nombre de Jesús. Amén.

    Biografía del autor: Gladys Hammann trabaja instruyendo a niños y adolescentes en la fe cristiana, y sirve como voluntaria en la oficina de Cristo Para Todas Las Naciones en Paraguay.

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