ALIMENTO DIARIO

  • "Nunca más tendrán sed"


  • julio 11, 2008
  • Y mientras cantan y bailan, dicen: "En ti se hallan todas mis fuentes". Salmos 87:7Y mientras cantan y bailan, dicen: "En ti se hallan todas mis fuentes". Salmos 87:7


  • Queridos hermanos en Cristo:

    La historia de la salvación en Jesucristo llega a todo el mundo. Para que los lectores de estas Devociones Diarias puedan ver el poder del Salvador a nivel mundial, hemos pedido a nuestras Oficinas Internacionales que escriban las devociones de los viernes. Oramos para que el Espíritu toque su corazón a través de ellas.

    En Cristo,

    Pastor Ken Klaus,
    Orador The Lutheran Hour
    Cristo Para Todas Las Naciones

    El agua. Cuando hay en abundancia y está disponible, ni siquiera pensamos en ella. Cuando escasea, no podemos dejar de pensar en ella. En todo el mundo las personas excavan para encontrar pozos con agua, especialmente quienes viven en zonas desérticas donde el agua es un lujo. Dicho de otra forma, el agua es necesaria para mantener la vida tanto de las personas, como de los animales.

    En el Evangelio de Juan Jesús habla acerca del tener sed, y hace un contraste entre el agua que necesitamos para mantener nuestro cuerpo físico y otro tipo de agua que calma nuestra sed en forma permanente. «Respondió Jesús y le dijo: Todo el que beba de esta agua volverá a tener sed, pero el que beba del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le daré se convertirá en él en una fuente de agua que brota para vida eterna» (Juan 4:13-14).

    El agua que encontramos en el mundo natural nunca podrá satisfacer la sed que tenemos si Cristo no está en nuestra vida. Sólo quienes reciban el agua eterna del Salvador no sufrirán más de sed. El agua viva que el Padre derrama a través de su Palabra es el perdón de nuestros pecados, esperanza renovada para la vida en este mundo, y la promesa de vida eterna más allá de la tumba. Y todo esto lo recibimos como regalo de Dios porque Jesús se sacrificó muriendo por nosotros, y como Cristo resucitó, nosotros también resucitaremos.

    ORACIÓN: Querido Padre celestial, tú provees para todas las necesidades que tenemos, y por eso te damos infinitas gracias. Recuérdanos de beber siempre del agua de vida que tú nos das, y de llevar a quienes aún no te conocen a la fuente de agua viva. Por medio de Jesucristo. Amén.

    Biografía del autor:
    Esta devoción fue escrita por un voluntario de Cristo Para Todas Las Naciones de Hong Kong. Los voluntarios son quienes ayudan a las personas que están pasando por algún tipo de necesidad y quienes comparten las buenas noticias de la salvación en Jesucristo en más de 40 países alrededor del mundo.

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