+1 800 972-5442 (en español)
+1 800 876-9880 (en inglés)
ALIMENTO DIARIO
-Deja que primero se sacien los hijos -replicó Jesús-, porque no está bien quitarles el pan a los hijos y echárselo a los perros. -Sí, Señor -respondió la mujer-, pero hasta los perros comen debajo de la mesa las migajas que dejan los hijos. Marcos 7:27-29-Deja que primero se sacien los hijos -replicó Jesús-, porque no está bien quitarles el pan a los hijos y echárselo a los perros. -Sí, Señor -respondió la mujer-, pero hasta los perros comen debajo de la mesa las migajas que dejan los hijos. Marcos 7:27-29
Cuando el Pastor Thomas se hizo cargo en forma interina de una iglesia presbiteriana en Los Ángeles, y vio que sólo unas pocas personas de cabello blanco asistían a la iglesia, decidió tratar de cambiar la situación, convirtiendo la casa de Dios en una casa de mascotas.
¿De qué se trataba? Tendrían servicios de 30 minutos con butacas individuales para mascotas, oraciones por las mascotas, y a la salida repartirían galletas para las mascotas. Parece ser que este Pastor no es más que parte de un movimiento que apoya la evangelización de las mascotas.
La iglesia para mascotas agrega toda una nueva y muy extraña dimensión a la religión. No tengo problemas si los seguidores de San Francisco de Asís quieren bendecir a los animales o hablar con ellos. Pero me preocupa que este Pastor diga que «cuando amamos a un perro y este nos ama a nosotros, eso es parte de Dios y Dios es parte de eso», pues eso no está en la Biblia.
Me preocupa cuando una profesora de religión en la Universidad de Georgetown, Texas, dice: «Más y más cristianos están convencidos que las mascotas tienen alma.»
Me preocupa porque la idea de que un perro o un gato tengan alma, no está en la Biblia. Es más, tal creencia es contraria a Génesis 2:7, donde dice que el hombre es único debido a que «Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz hálito de vida, y el hombre se convirtió en un ser viviente.»
Tanto al pastor como a esa profesora les diría: «no pueden cambiar lo que dice la Biblia sólo porque doctrina aman a sus mascotas».
Dios envió a su Hijo a salvar a la humanidad pecadora de la condenación terrenal y eterna. Jesús vivió, sufrió, murió y resucitó para que pudiéramos ser perdonados, limpiados, reconciliados y redimidos. Y si bien amo a las mascotas, es demasiado pedir que Dios enviara a su Hijo para sufrir y dar su vida por ellas.
ORACIÓN: Querido Padre celestial, te doy gracias por «todas las cosas brillantes y bellas, todas las criaturas grandes y pequeñas, todas las cosas sabias y maravillosas, el Señor las hizo todas.» Por las maravillas de este mundo, incluyendo a las mascotas, estoy agradecido, pero más que todo, te estoy eternamente agradecido por haber enviado a tu Hijo a salvarme. En su nombre. Amén.