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ALIMENTO DIARIO
Vale más el día en que se muere que el día en que se nace. Eclesiastés 7:1Vale más el día en que se muere que el día en que se nace. Eclesiastés 7:1
Hace unos días fue la recepción de bodas de Annie Hopkins. La cena preparada para los cientos de invitados fue amenizada con la música de un trío de jazz, la comida fue excelente, y por supuesto hubo bar libre.
Lo que fue diferente en esa recepción, fue que Annie no estuvo presente, ya que había fallecido el 20 de enero por complicaciones generadas por el tratamiento que recibía por la enfermedad degenerativa que padecía.
Pero, aún así, tuvo una recepción de bodas.
¿Por qué? Porque Annie prefería una recepción de bodas en vez de un funeral. Por eso fue que su hermano y sus amigos organizaron la recepción en su honor, y el dinero recaudado lo destinaron a la fundación creada en honor de Annie que otorga becas a estudiantes que se dedican a mejorar la vida de las personas con discapacidades.
Aunque no sé qué religión profesaba Annie, sí sé que su filosofía es bastante cercana a la del pueblo de Dios. El autor de Eclesiastés se opuso a la opinión popular no cristiana cuando escribió: «Vale más el día en que se muere que el día en que se nace.»
Los primeros cristianos también lo creyeron.
Cualquiera que compara las inscripciones en las tumbas de cristianos con las de quienes no lo son, puede ver las diferencias.
Las tumbas de los redimidos por Jesús hablan de esperanza, paz, y vida eterna. En cambio en las tumbas de los no creyentes se lamenta la pérdida del ser amado como si no existiera la certeza de una reunión en el cielo.
Es por ello que damos gracias por el Hijo de Dios que dio su vida para que seamos perdonados, y alabamos a Aquél que fue sacrificado para que podamos ser consolados ante la muerte.
ORACIÓN: Amado Señor Jesús, te damos gracias por haber dado tu vida para que nuestras vidas fueran cambiadas completamente y para la eternidad. Te pedimos que con tu Espíritu Santo inundes al resto de la humanidad, para que ellos también puedan saber que, en Jesús, el día de la muerte vale más que el día en que se nace. En el nombre del Salvador. Amén