+1 800 972-5442 (en español)
+1 800 876-9880 (en inglés)
ALIMENTO DIARIO
Nosotros amamos a Dios porque él nos amó primero. Si alguien afirma: "Yo amo a Dios", pero odia a su hermano, es un mentiroso; pues el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios, a quien no ha visto. Y él nos ha dado este mandamiento: el que ama a Dios, ame también a su hermano.1 Juan 4:19-21Nosotros amamos a Dios porque él nos amó primero. Si alguien afirma: "Yo amo a Dios", pero odia a su hermano, es un mentiroso; pues el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios, a quien no ha visto. Y él nos ha dado este mandamiento: el que ama a Dios, ame también a su hermano.1 Juan 4:19-21
Hace muchos años, con mi esposa e hijos visitamos a unos amigos que tienen una cantidad de gatos.
Cuando era hora de regresar, empecé a buscar a nuestros niños. A nuestra hija menor la encontré sentada en la galería acariciando a uno de los gatos, que ronroneaba de contento.
Le dijimos a nuestra hija que se preparara, pues estábamos por irnos. Aun cuando no protestó, tampoco se movió. Cuando le preguntamos por qué no se movía, dijo: «No sé qué hacer con el gato, tiene el motor encendido.»
Desde entonces, encuentro que algunas veces lo que funciona con un gato -amor, cariño, y atención- casi siempre funciona con las personas. Es como dice el refrán: «Más moscas se cazan con miel que con hiel.»
Lamentablemente, en la iglesia no siempre ofrecemos el amor, el cariño y la atención que deberíamos. Algunas veces imponemos a las personas reglas innecesarias y arbitrarias. Algunas veces nos rehusamos a perdonar así como hemos sido perdonados. No tengo necesidad de continuar, ¿verdad?
Es triste que actuemos así, y además está mal. Mire el pesebre de Belén, la cruz del Calvario, y la tumba vacía, y verá todo el amor, el cariño y la atención inmerecida que el Salvador nos ha dado.
Y lo único que nos pide es que amemos a otros porque Él nos amó primero.
Si así lo hacemos, los resultados serán ensordecedores… con todos los ex-extraños y ex-enemigos del Salvador ronroneando al unísono.
ORACIÓN: Amado Señor, tú me amaste sin que lo mereciera, y por eso quiero ser agradecido y compartir tu amor con los demás. Ayúdame, para que en todo lo que haga y diga el mundo pueda verte a ti, mi Señor y Salvador. En el nombre de Jesús. Amén.
De una devoción escrita originalmente para «By the Way»