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ALIMENTO DIARIO
¡Fíjense qué gran amor nos ha dado el Padre, que se nos llame hijos de Dios! ¡Y lo somos! 1 Juan 3:1a¡Fíjense qué gran amor nos ha dado el Padre, que se nos llame hijos de Dios! ¡Y lo somos! 1 Juan 3:1a
Queridos hermanos en Cristo:
La historia de la salvación en Jesucristo llega a todo el mundo. Para que los lectores de estas Devociones Diarias puedan ver el poder del Salvador a nivel mundial, hemos pedido a nuestras Oficinas Internacionales que escriban las devociones de los viernes. Oramos para que el Espíritu toque su corazón a través de ellas.
En Cristo,
Pastor Ken Klaus,
Orador The Lutheran Hour
Cristo Para Todas Las Naciones
¿Quiénes somos en realidad?
Los sociólogos sugieren que los seres humanos funcionamos bajo un sistema dinámico formado por cuatro elementos: lo físico (el cuerpo), lo emocional (los sentimientos), lo intelectual (los pensamientos), y lo espiritual (la relación con Dios).
Dado lo apresurado de nuestras vidas, cuando buscamos la paz y nuestro lugar en este mundo fácilmente dedicamos toda nuestra atención a lo físico, lo emocional, y lo intelectual. Como resultado, generalmente nos olvidamos del cuarto aspecto, o sea, la dimensión espiritual de nuestras vidas, lo cual puede ser algo muy peligroso.
Dios nos creó para vivir en relación con él, pero, a través del pecado, la humanidad traicionó esa relación, y pasó a creer que ya no la necesitaba más. Como resultado de esa rebelión, el hombre quedó alienado de su Creador, y el juicio y el castigo pasaron a ser parte de la vida.
Pero ese no es el fin de la historia. Gracias al infinito amor de Dios por su creación, él decidió enviar a su Hijo Jesucristo a rescatarnos. La Escritura nos dice que Jesús murió y resucitó para pagar la deuda que teníamos por nuestros pecados. Gracias a él, ahora podemos tener esperanza y la seguridad de la vida eterna junto a Dios a través de la fe que nos da el Espíritu Santo.
Entonces, ¿quiénes somos?
Gracias a la obra redentora de Cristo somos hijos de Dios.
ORACIÓN: Padre celestial, te damos gracias por haber enviado a tu Hijo a rescatarnos. Por los méritos de Cristo podemos vivir en paz y armonía, sabiendo que somos tus hijos. Ayúdanos a mostrar tu amor a quienes aún no te conocen. En el nombre de Jesús. Amén.
Biografía del autor: Esta devoción está basada en un texto enviado por un voluntario de la Oficina de Cristo Para Todas Las Naciones en Panamá.
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