"Revestidos de Cristo"

Revístanse de toda la armadura de Dios, para que puedan hacer frente a las asechanzas del diablo... Cúbranse con el casco de la salvación, y esgriman la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios. Oren en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu (Efesios 6:11, 17-18a).

¿Te pasa como a mí que a menudo enfrentas desafíos y tentaciones que no solo son externos, sino también internos? De repente te encuentras luchando con decisiones, tentaciones y presiones que parecen más grandes que tú. Estas luchas no son solo físicas o emocionales, sino que también hay una batalla espiritual.

Te guste o no, vives en una guerra espiritual. La batalla final ya ha sido ganada por Cristo con su muerte y resurrección, pero tú y yo aún tenemos batallas que vencer en este lado del cielo mientras estemos vivos.

En la sexta petición del Padrenuestro oramos: «Y no nos dejes caer en la tentación». Y ¿cómo nos ayuda Dios a resistir? «Él nos da la palabra de Cristo, el Espíritu Santo, el Bautismo, la Absolución, la Santa Cena y el don de la oración como armadura y arma».

Romanos 13:14 nos dice: «Más bien, revístete del Señor Jesucristo, y no busques satisfacer los deseos de la carne». La armadura de Dios para ti es Cristo mismo. Él es la respuesta a tu oración. Su victoria te pertenece, y su Palabra es poderosa.

En la lectura de hoy, Pablo utiliza la imagen de la armadura de un soldado romano para mostrarte que tu batalla no es física, sino espiritual. Así que, en lugar de confiar en tu capacidad, por el Espíritu puedes confiar en que Cristo ya venció por ti, y esa victoria es tuya. Él es tu armadura, y en Él encuentras todo lo que necesitas para resistir las tentaciones de hoy.

Oremos: Padre nuestro, no nos dejes caer en la tentación. Revístenos de toda tu armadura, para que podamos hacer frente a las asechanzas del diablo… Cúbrenos con el casco de la salvación, y esgrímenos la espada del Espíritu, que es tu palabra. Y que oremos en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu. En el Nombre de Jesús. Amén.

Para reflexionar:
* ¿En qué momentos de tu vida has sentido que Cristo te ha cubierto con su armadura para resistir una tentación o dificultad?
* ¿De qué manera la palabra de Dios ha sido una espada para ti, ayudándote a enfrentar los desafíos o dudas que has tenido?

Diaconisa Noemí Guerra

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