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ALIMENTO DIARIO
Pero lo que sale de la boca, sale del corazón; y esto es lo que contamina al hombre. Mateo 15:18Pero lo que sale de la boca, sale del corazón; y esto es lo que contamina al hombre. Mateo 15:18
Liu tiene un blog en el cual pone reseñas sobre las comidas que sirven diferentes restaurantes en Taiwán, país donde reside.
No hace mucho, Liu escribió los siguientes comentarios sobre el restaurante donde había ido a comer:
De más está decir que no era la clase de reseña que ayuda a aumentar la clientela. En realidad, su reseña enfureció a Yang, el dueño del restaurante. Así que Yang hizo inspeccionar su negocio por las autoridades para ver si estaba limpio, o no… y pasó la revisión. Luego Yang le hizo juicio a Liu por difamación… y lo ganó.
Hallándola culpable de difamación, el juez sentenció a Liu a 30 días de prisión, dos años en libertad condicional, y le dio una multa de $6.900 dólares. Un abogado dijo que esperaba que las personas que hacen reseñas sean «honestos, objetivos, y justos».
Ese abogado dio un muy buen consejo. Similar a lo que dijo Lutero: «En todo, hagan siempre lo mejor que puedan».
En esta era de comunicaciones instantáneas, es fácil que nuestras lenguas electrónicas se adelanten a nuestro discernimiento cristiano.
Si alguien nos ofende (con o sin intención), podemos salir corriendo al internet a contestar con otra ofensa, o marcar un número en nuestro celular y dar rienda suelta a nuestro enojo. Pero cuando finalmente nos damos el tiempo para recapacitar sobre lo que hemos hecho o dicho, nos damos cuenta que no le dimos a nuestro «oponente» la oportunidad de explicarse, responder, o cambiar.
Dios no quiere que seamos así. Si vamos a amar a los demás como Jesús nos amó a nosotros, entonces debemos decir (o escribir) sólo aquello que sirve para edificarlos y que honra y le da respeto y gloria al Salvador que dio su vida a cambio de la nuestra.
ORACIÓN: Señor, te pido perdón por todas las veces que no hago lo que debo hacer ni digo lo que debo decir. Ayúdame a pensar antes de hablar, para que nadie te cuestione a ti por algo que yo diga o haga. En el nombre de Jesús. Amén.
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