ALIMENTO DIARIO

  • "Un amigo de verdad"


  • enero 7, 2011
  • Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. Juan 3:16Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. Juan 3:16


  • Queridos hermanos en Cristo:

    La historia de la salvación en Jesucristo llega a todo el mundo. Para que los lectores de estas Devociones Diarias puedan ver el poder del Salvador a nivel mundial, hemos pedido a nuestras Oficinas Internacionales que escriban las devociones de los viernes. Oramos para que el Espíritu toque su corazón a través de ellas.

    En Cristo,

    Pastor Ken Klaus,
    Orador The Lutheran Hour
    Cristo Para Todas Las Naciones

    ¿Alguna vez te has sentido totalmente solo, sin nadie que te comprenda? ¿Te gustaría tener un buen amigo, que siempre esté a tu lado, que pueda ayudarte cuando lo necesites?

    Ahora mismo puedes conocer a un amigo así. La verdad es que él ya te conoce y te quiere tal como eres. Su nombre es Jesucristo. Él quiere acompañarte todo el tiempo, pero hay un problema: él no puede estar donde hay pecado. Es por ello que, cada vez que mentimos, desobedecemos o hacemos cualquier otra cosa mala, nos alejamos de Cristo.

    Lo bueno es que Jesucristo amó a todo el mundo tal como es, y nos sigue amando de la misma manera, aunque somos pecadores.

    Recordemos esta cita bíblica: «Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna» (Juan 3:16). En este evangelio, Jesucristo nos dice que la mejor forma de mostrar el amor es estando dispuesto a morir por un amigo.

    Eso es precisamente lo que hizo Jesucristo por nosotros. Al morir en la cruz Jesucristo pagó el precio de la culpa de nuestros pecados. Gracias a su sacrificio, ahora Dios nos puede tratar como si nunca hubiéramos pecado, y Jesucristo puede ser nuestro amigo para siempre.

    Sólo se trata de abrir nuestro corazón, ponernos en sus manos, y dejar que él actúe en nosotros.

    Oración: Padre celestial, te doy gracias por ese infinito amor que siempre nos has demostrado a pesar de nuestra desobediencia. Gracias por haber enviado a tu amado Hijo para que nuestros pecados fueran perdonados y podamos recibir la vida eterna. En su nombre. Amén.

    Biografía del autor: Esta devoción está basada en un texto de Marisela Osorio, una diaconisa que trabaja con el Projecto JOEL de Cristo Para Todas Las Naciones en Nicaragua.


    Si desea más información sobre los Ministerios Internacionales, diríjase a «¿Dónde estamos?» en el menú, y seleccione el país que le interesa, o vaya a
    CPTLN Internacional.

    © Copyright 2010 Cristo Para Todas Las Naciones