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ALIMENTO DIARIO
Les escribo a ustedes, queridos hijos, porque sus pecados han sido perdonados por el nombre de Cristo. 1 Juan 2:12Les escribo a ustedes, queridos hijos, porque sus pecados han sido perdonados por el nombre de Cristo. 1 Juan 2:12
Queridos hermanos en Cristo:
La historia de la salvación en Jesucristo llega a todo el mundo. Para que los lectores de estas Devociones Diarias puedan ver el poder del Salvador a nivel mundial, hemos pedido a nuestras Oficinas Internacionales que escriban las devociones de los viernes. Oramos para que el Espíritu toque su corazón a través de ellas.
En Cristo,
Pastor Ken Klaus,
Orador The Lutheran Hour
Cristo Para Todas Las Naciones
El artículo se titula: «El sustituto», y habla de un hombre que está cumpliendo una sentencia en la cárcel por un delito que supuestamente no cometió. Según sigue diciendo el artículo, en la entrevista que se le hizo al acusado, dijo: «Yo no cometí ningún delito, pero me entregué a la justicia para darle una oportunidad a mi hermano para que pueda cambiar su forma de vida. Si yo no lo hago, ¿quién lo va a hacer? Él es mi único hermano; lo quiero, y tengo la esperanza de que cambie y sea un hombre de bien.
Muchos que leyeron esa noticia no creyeron que fuera cierto lo que ese hombre decía, porque no decían que cómo alguien podía negarse a sí mismo la libertad para ayudar a otro, aún cuando fuera su hermano.
Así es el mundo en el que vivimos. La bondad y la misericordia han dejado de existir, al punto que nos cuesta creer que alguien esté dispuesto a sacrificarse por otro sólo por amor y solidaridad.
Pensemos un poco. Si el castigo por no cumplir los mandamientos de Dios nos llevara a la cárcel, todos estaríamos bajo rejas.
Pero Dios envió a su Hijo a este mundo hace más de 2000 años para que cumpliera por nosotros la sentencia que nos correspondía. Porque escrito está: «La paga del pecado es la muerte» (Romanos 6:23). Jesús pagó el precio por nuestros pecados, dando su vida por nosotros en la cruz.
Hoy Dios nos da la oportunidad de reconciliarnos con Él, ofreciéndonos su amor, su misericordia, y su perdón. Hoy Dios nos llama a ser parte de su familia aquí y en la eternidad.
ORACIÓN: Señor Dios, te alabamos y bendecimos por haber enviado a Jesús a pagar el precio de nuestros pecados. Te pedimos que nos enseñes a servirte en todo lo que hacemos y decimos. En el nombre de tu Hijo. Amén.
Biografía del autor: Esta devoción está basada en un texto enviado por un voluntario de la oficina de Cristo Para Todas Las Naciones en San Petersburgo, Rusia.
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