"Vemos lo que otros no ven"

No los dejaré huérfanos; vendré a ustedes. Dentro de poco, el mundo no me verá más; pero ustedes me verán; y porque yo vivo, ustedes también vivirán (Juan 14:18-19).

Ser huérfano es algo que nunca experimenté. Tuve una familia con papá y mamá hasta que ellos estaban ya bien entrados en años. Tampoco conocí en mi pequeña ciudad un orfanato como para darme una idea de lo que es ser huérfano. Sí sé que es algo doloroso. He leído sobre la orfandad y he conocido a personas que han ido a buscar niños a los orfanatos para adoptarlos. Pareciera que en el mundo hay más huérfanos que padres que los puedan o quieran adoptar.

En tiempos de Jesús, quedar huérfano significaba llevar desde pequeños una vida al desamparo casi completo. Hacía unos tres años que Jesús había llamado a sus discípulos. El grupo se había convertido en una familia. Viajaban juntos, aprendían juntos, comían y dormían en el mismo lugar. Pero desde que Jesús los llamó, les aclaró que en algún momento él se iba a ir. Específicamente, que se volvería al Padre. En este último discurso Jesús enfatiza su partida, pero los prepara también para su ausencia.

‘No los dejaré huérfanos. No los dejaré desamparados. No necesitarán a nadie que los recoja y les dé un hogar porque yo volveré a ustedes.’ Después de la muerte y resurrección de Jesús, solo los seguidores de Cristo estuvieron con él. Lo vieron, lo tocaron, comieron con él. Aún hoy el mundo no puede ver a Jesús, porque para verlo como Salvador tiene que obrar el Espíritu Santo.

En estos tiempos, los creyentes podemos escuchar a Jesús en su Palabra y verlo en acción en el Bautismo y en la Santa Cena y en las obras de caridad de los hermanos. El mundo incrédulo no lo puede ver, pero los cristianos lo vemos porque él está entre nosotros y en nosotros. No estamos huérfanos. Y porque lo vemos, podemos mostrar a Jesús.

Gracias, Jesús, por volver a nosotros para pastorearnos hasta el final. Amén.

Para reflexionar:
* En un mundo que no conoce al Padre celestial, ¿qué puedes hacer para mostrarlo?
* ¿Cómo ves a Jesús? ¿Cómo experimentas su presencia?

Rev. Héctor Hoppe

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