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ALIMENTO DIARIO
En ese momento entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; y vio y creyó. Hasta entonces no habían entendido la Escritura, que dice que Jesús tenía que resucitar. Juan 20:8-9En ese momento entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; y vio y creyó. Hasta entonces no habían entendido la Escritura, que dice que Jesús tenía que resucitar. Juan 20:8-9
Muchos de los paseos guiados que se ofrecen en diversas ciudades incluyen la visita a algún cementerio.
St. Louis no es la excepción. Recientemente, uno periódico de la ciudad publicó un artículo sobre el Cementerio Bellefontaine, uno de los cementerios locales, que últimamente se ha convertido en atracción turística.
Me pregunto, ¿qué es lo que puede atraer tanto a los turistas? Es cierto que allí se encuentran los restos de algunas personas que en su momento hicieron historia, y también es cierto que al ser el lugar de descanso de los restos de 86,000 personas debe haber muchas cosas para ver. Pero aún así…
Todo esto me hizo pensar en otro cementerio, un lugar de descanso que fue de todo, menos final. En algún lugar alrededor de Jerusalén hay un lugar donde una vez los amigos de Jesús pusieron a descansar su cuerpo muerto.
No se sabe exactamente dónde está ese sito, porque hay por lo menos tres lugares que se lo disputan, y no hay forma de saber cuál de ellos en verdad es. ¿Por qué? Porque los restos del Salvador no están en ninguno de ellos.
Los restos de cada una de las 86,000 personas enterradas en el Cementerio Bellefontaine están allí y se pueden contar… pero Jesús no está en su tumba. Si no me cree, pregúntele a Juan, o a Pedro, o a las mujeres que fueron a verle. Jesús ha resucitado, y porque lo ha hecho, el cementerio Bellefontaine en St. Louis, al igual que el cementerio cerca de su casa y los cementerios del resto del mundo, han dejado de ser tan lúgubres y oscuros.
Porque Cristo ha resucitado, quienes duermen en él están haciendo simplemente eso: durmiendo.
A pesar de todo esto, sigo sin tener interés en ir a caminar por el Cementerio Bellefontaine, pero sí quisiera estar allí presente cuando Jesús vuelva porque va a ser un lugar lleno de vida.
ORACIÓN: Querido Señor Jesús, la Escritura dice: «Dichosos los que mueren en el Señor» (Apocalipsis 14:13). Te doy gracias porque, por tu sacrificio y resurrección, la muerte ya no tiene más poder sobre mí. En tu nombre. Amén.