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PARA EL CAMINO
Juan 3:17
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Aún así, esta Navidad haremos las mismas cosas que hacemos todos los años: poner adornos, enviar tarjetas, armar el arbolito, y comprar regalos y más regalos.
Lucas 3:2-14
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A todos nos cuesta reconocer que hacemos cosas tontas y malas. Es por ello que nos aferramos a la idea de que estamos haciendo bien las cosas, y que nadie tiene el derecho de decirnos lo que debemos hacer. Pero, ¿será que las cosas son tanto así?
Marcos 1:7
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Mucha gente relaciona la Navidad con paz en la tierra y buenos deseos, y se olvida que Cristo es el Príncipe de paz y de poder.
Lucas 17:11-19
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La victoria del Salvador es motivo de júbilo, el señor Jesús nos perdona, nos reconcilia, y nos ofrece un hogar celestial. ¿Es posible ser agradecidos a pesar de las cosas malas que nos suceden?
Lucas 21:5-28
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Para todos los que confiamos en él, nuestro Salvador nos da la alegría que nos permite ver el mundo de forma diferente, vivir en forma diferente, y esperar el fin de nuestra vida también en forma diferente.
Marcos 12:38-40
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Es mucha la injusticia y desigualdad que podemos acumular a lo largo de nuestra vida. Pero, ¿acaso alguien nos prometió que la vida siempre va a ser justa? Veamos lo que nos dice Dios al respecto.
2 Crónicas 7:14
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En estas próximas fechas de Acción de Gracias, cuando nos aqueja la crisis económica, y el sueño americano se ve opacado, es cuando más debemos recordar y dar gracias al Señor por enviar a su Hijo para que nuestros pecados sean perdonados y nuestra eternidad sea bendecida.
2 Timoteo 4:3-5
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Si a nosotros nos duele y lastima cuando alguien habla mal de nosotros, ¿cómo se sentirá Dios cuando su misma Creación le hace víctima de insultos?
Marcos 10:17-22
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El diablo, el mundo, y nuestro propio ser egoísta y pecador, han logrado descubrir la forma más efectiva de mantenernos alejados del Señor. ¿Qué nos diría Jesús si nos arrodilláramos ante él y le preguntáramos ‘que debo hacer para ser salvo’?
Lucas 16:1-13
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Sacrificar a su único Hijo para que un mundo que ni lo aprecia ni lo quiere sea perdonado, redimido y salvado, es una cosa increíble. Pero aún más increíble es que, aun cuando todo lo que tenemos y somos proviene de Dios, nos olvidamos de reconocerlo y de darle gracias y glorificarle a Él por ello.