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PARA EL CAMINO
Juan 7:37-39
Rev. Dr. Hector Hoppe
LEER EL TEXTO | DESCARGAR NOTAS DEL SERMÓN (PDF) | Juan 7 (3)
El agua que Jesús ofreció, y que ofrece todavía hoy a todos los creyentes, calma nuestra sed interior, nos reconcilia con nuestra situación y nos enseña a tomarnos de su mano. El agua de Jesús es perdón, alivio, limpieza, satisfacción, esperanza y vida eterna.
Juan 17:1-11
Rev. Dr. Hector Hoppe
LEER EL TEXTO | DESCARGAR NOTAS DEL SERMÓN (PDF) | Juan 17 (5)
Lograr con esfuerzo supremo, constancia y concentración el rescate de la humanidad pecadora, es la forma en que Jesús glorifica al Padre. Jesús dio gloria a Dios obedeciendo su voluntad y trabajando esforzadamente, hasta las últimas consecuencias, para cumplir con lo que Dios le había pedido.
Juan 14:15-21
Rev. Dr. Hector Hoppe
LEER EL TEXTO | DESCARGAR NOTAS DEL SERMÓN (PDF) | Juan 14 (5)
Jesús se fue, pero nos dejó su Palabra que tiene todo el consejo de Dios para nosotros. Nos dejó el Bautismo para lavar nuestros pecados y darnos el Espíritu Santo, el mismo Consolador que les prometió a los discípulos. Nos dejó su cuerpo y sangre en la Santa Cena para que comamos y bebamos y alimentemos nuestra fe, y Jesús todavía hoy intercede ante el Padre por nosotros.
Lucas 24:13-27
Rev. Dr. Hector Hoppe
LEER EL TEXTO | DESCARGAR NOTAS DEL SERMÓN (PDF) | Lucas 24 (4)
¿Qué querrá saber Dios de ti? Quizás te esté preguntando: ¿por qué todavía cargas con esa culpa que ya te he perdonado?, o ¿por qué no dejas de preocuparte por tu futuro y lo pones en mis manos?, o ¿qué esperas, que te explique otra vez por qué morí en una cruz y resucité al tercer día?
Juan 20:19-23
Rev. Dr. Hector Hoppe
LEER EL TEXTO | DESCARGAR NOTAS DEL SERMÓN (PDF) | Juan 20 (8)
Dios hace cosas extraordinarias y fuera de lo común, pero las hace en una forma bien simple. Para comunicarse con nosotros nos mandó un mensajero de carne y hueso quien, siendo inocente, murió y resucitó por nuestros pecados, dándonos perdón y paz. Con la misma simpleza, ese mensajero resucitado nos encomendó a nosotros, sus discípulos, la tarea de llevar su paz a toda criatura.
Mateo 28:1-10
Rev. Dr. Hector Hoppe
LEER EL TEXTO | DESCARGAR NOTAS DEL SERMÓN (PDF) | Mateo 28 (4)
El miedo nos encierra, nos paraliza. Nos aísla de la vida. Nos borra lo aprendido, nos vuelve incrédulos a las grandes promesas de Dios. Pero el Espíritu Santo, la antorcha de Dios, nos hace ver que Dios puede iluminar con su perdón y su paz los lugares más oscuros de nuestra vida. Mediante ese Espíritu, Dios nos trae la obra de Jesús y hace que lo «increíble» de Dios sea creíble a los ojos de la fe.
Juan 11:45-53
Rev. Dr. Hector Hoppe
LEER EL TEXTO | DESCARGAR NOTAS DEL SERMÓN (PDF) | Juan 11 (2)
La historia triste de Lázaro fue cambiada en alegría cuando Jesús lo volvió a la vida. Y aunque fue empañada por amenazas de quienes tenían el poder, supieron mantenerse firmes en la esperanza que Jesús les trajo. Las conspiraciones del diablo para alejarnos de Dios o hacernos desconfiar de él seguirán hasta el fin de los días. Pero Jesús es más fuerte.
Juan 9:1, 6-11, 24-34
Rev. Dr. Hector Hoppe
LEER EL TEXTO | DESCARGAR NOTAS DEL SERMÓN (PDF) | Juan 9 (2)
El ciego de nacimiento recobró la vista al lavarse los ojos, siguiendo la orden de Jesús, y volvió con nuevos ojos que le mostraron lo que Dios puede hacer con la vida. De la misma manera, en el acto del bautismo Dios nos hace sus hijos, nos perdona el pecado que nos daña y condena, y nos abre los ojos a una nueva vida. Solo Dios puede y quiere hacer eso.
Juan 4:3-8, 27-29, 39-42
Rev. Dr. Hector Hoppe
LEER EL TEXTO | DESCARGAR NOTAS DEL SERMÓN (PDF) | Juan 4 (2)
Jesús viene a nosotros para que veamos nuestra situación. Su mirada nos desnuda totalmente y deja ver las más profundas carencias que tenemos, para mostrarnos cuánto necesitamos de él. Y en la intimidad de su encuentro con nosotros, Jesús nos llama al arrepentimiento y nos descubre un mundo totalmente nuevo.
Mateo 4:1-11
Rev. Dr. Hector Hoppe
LEER EL TEXTO | DESCARGAR NOTAS DEL SERMÓN (PDF) | Mateo 4 (5)
El diablo no es el dueño de nada ni tiene poder para dar nada, excepto ilusiones. Sin embargo, le promete a Jesús las mismas cosas que su Padre le había prometido. Con nosotros hace lo mismo: nos cautiva con sus falsas promesas e ilusiones para apartarnos de Dios. Pero cuando somos débiles, Jesús es fuerte por nosotros.