PARA EL CAMINO

  • Renovados en Jesús

  • agosto 18, 2013
  • Rev. Carlos Velazquez
  • © 2025 Cristo Para Todas Las Naciones
  • TEXTO: Efesios 4:17-5:2

  • El amor es un tema interesante. La gente de toda edad pareciera estar fascinada con el amor. Pero, si son tantos los que se ocupan del amor, ¿por qué es tan difícil hacerlo funcionar? ¿Por qué falla tantas veces?

  • A comienzos del año 2010 Matt, uno de los ingenieros de diseños de la fábrica de automóviles Chrysler, se preparó para ir a reunirse con Sergio Marchionne, el nuevo Director Ejecutivo de la empresa, junto con un grupo de altos ejecutivos. Matt sabía que esa reunión no iba a ser nada fácil ni grata. Lo habían puesto a cargo de la renovación del Jeep Grand Cherokee, y sobre eso iban a hablar. El Grand Cherokee en sí no había sido un fracaso. Se habían esforzado mucho y habían trabajado muy duro para que todo saliera bien. Sólo necesitaban mejorarlo un poco porque querían presentarle al público un producto que los dejara con la boca abierta.

    Pero la presión era muy grande, ya que Chrysler estaba pasando por un momento muy crítico. Apenas estaban comenzando a recuperarse luego de haberse declarado en bancarrota y de recibir ayuda económica del gobierno, por lo que no podían darse el lujo de fallar. Miles de puestos de trabajo estaban en juego. Mientras iba caminando hacia la reunión, Matt sentía todo ese peso sobre sus hombros. Sabía que habían diseñado un vehículo excelente, pero no tenían suficiente presupuesto, y tampoco podían fallar. Estaba convencido que lo iban a despedir.

    ¿Por qué tanto miedo? Es que Matt se había acostumbrado a trabajar en un ambiente donde lo normal era una constante reducción de personal, una actitud generalizada de falta de esperanza, y una atmósfera en la cual había que esforzarse por sobrevivir con el menor costo posible. Así fue que los productos sufrieron, las ventas sufrieron, y la moral de los empleados también sufrió. Podríamos decir que era necesaria una restauración y renovación masiva. Para volver a tener éxito necesitaban cambiar de plan y de dirección.

    Lo bueno fue que el liderazgo se dio cuenta de todo eso. El nuevo Director Ejecutivo quería que Chrysler triunfara, y tenía un plan diferente. Cuando habló ante la Asociación Nacional de Concesionarios de Automóviles, en su discurso titulado «Un año de transformación», dijo: «Se nos ha encomendado la responsabilidad de lograr una ‘reconstrucción creativa’… el desafío que tenemos por delante es hacer buen uso de lo que hemos aprendido durante esta crisis económica. Podemos, o mejor dicho, debemos, recobrar la chispa creativa que impulsa hacia adelante a las empresas, a las industrias, y a las economías.»

    ¿Alguna vez has sentido esa presión en tu vida? ¿Alguna vez has sentido como que necesitabas un cambio radical no sólo para sobrevivir, sino para crecer y prosperar? Restauración, renovación, transformación. Las fábricas de automóviles no son las únicas que fallan. Las personas también fallamos.

    El apóstol Pablo ya lo dijo en el capítulo cuatro de Efesios: «Pero esto quiero decirles en el nombre del Señor, y en esto quiero insistir: no vivan ya como la gente sin Dios, que vive de acuerdo a su mente vacía. Esa gente tiene el entendimiento entenebrecido; por causa de la ignorancia que hay en ellos, y por la dureza de su corazón, viven ajenos de la vida que proviene de Dios. Después de que perdieron toda sensibilidad, se entregaron al libertinaje para cometer con avidez toda clase de impureza» (vs. 17-19).

    Las personas fallan, se vienen abajo, se conforman con cualquier cosa, bajan sus expectativas, se resignan a la realidad de sus fracasos como personas. La gente a la cual Pablo le estaba hablando en este texto, había estado viviendo de esa manera. Por eso él les dice que es tiempo de dejar de hacerlo, que es tiempo de parar, porque hay una manera mejor de vivir. ¿Cómo? Cuando nuestra vida es renovada y restaurada por la gracia de Dios a través del arrepentimiento y la fe en Jesucristo.

    Me pregunto si tú necesitas hoy que tu vida sea restaurada y recreada. ¿Estás cansado de vivir con actitudes negativas? ¿Estás cansado de vivir con el dolor de tus malos hábitos que te lastiman no sólo a ti, sino también a tus seres queridos? ¿Sientes que te has defraudado a ti, a los demás, y a Dios?

    Si es así, no desesperes, sigue escuchando. Cuando Chrysler necesitaba excelencia, también necesitaba un excelente liderazgo, un liderazgo que fuera capaz de arriesgarse a hacer no sólo lo que era bueno para la empresa, sino también lo que era bueno para el consumidor. Tú y yo somos mucho más valiosos que una fábrica de autos, y la renovación y restauración de nuestras vidas es mucho más importante que simplemente crear un automóvil mejor. Es por ello que Dios envió al mundo a su Hijo Jesucristo, su único Hijo: para restaurarnos con su amor y perdón, y hacernos nuevos a través de su gracia. Entonces, ¡escúchale y confía en él!

    Pablo les suplicó a los efesios: «Desechen todo lo que sea amargura, enojo, ira, gritería, calumnias, y todo tipo de maldad. En vez de eso, sean bondadosos y misericordiosos, y perdónense unos a otros, así como también Dios los perdonó a ustedes en Cristo» (vs. 31-32). Pablo les recordó quién es Dios y lo que él había hecho por ellos, quienes lo necesitaban desesperadamente. En Cristo y a través de Cristo, Dios les proveyó la renovación y restauración que necesitaban.

    Un joven creyente fue un día a la oficina de su pastor, y le dijo: «A veces me parece que no soy cristiano. Ya no tengo el mismo interés y entusiasmo que tenía antes por las cosas de Dios. Me resulta difícil acordarme de Dios, venir a la iglesia, y hasta orar. Sé que Dios no me ha abandonado, pero me siento como si yo lo he abandonado a él.»

    El pastor, que lo conocía desde que era niño, le dijo: «¿Te acuerdas cuando tu padre tenía que viajar mucho por su trabajo? ¿Te resultaba difícil recordarlo cuando estaba lejos durante varios meses?» «Para nada», le respondió el joven. «Papá siempre me escribía y me mandaba regalos para que lo recordara; yo pensaba mucho en él.»

    «Bueno», le dijo el pastor, «lo mismo sucede con Dios. Es cierto que es difícil recordarlo y vivir como cristiano en este mundo. Pero él nos ha dado su Palabra, al igual que tu padre te enviaba cartas, para que lo recordemos, y nos ha regalado la Santa Comunión, el Bautismo, y nuestros hermanos en la fe, como recordatorios de su amor, así como tu padre te enviaba regalos. Sí, es difícil vivir como cristiano en este mundo, pero recuerda que no lo tienes que hacer solo. Dios está siempre contigo, y te da todo lo que necesitas para lograrlo.»

    Nuestras vidas necesitan ser renovadas y restauradas, ¿no es cierto?

    ¿Recuerdan a Matt, el ingeniero de diseños de la Chrysler? Cuando estaba yendo para esa reunión, estaba seguro que iba a ser despedido. Después de todo, lo que él iba a proponer era disparatado. Sin embargo, estaba equivocado. A pesar de correr el riesgo de perder su empleo, Matt le dijo al nuevo Director Ejecutivo que, para causar en el público el gran impacto que necesitaban, el nuevo Grand Cherokee tenía que volver a ser GRANDE, y para ello le explicó todo los cambios que habían diseñado. Cuando hubo terminado se sentó, y esperó la sentencia.

    Pero en vez de escuchar un: «Estás despedido», el Director le dijo: «Está bien. Hazlo.»

    En medio de las protestas de algunos de sus ejecutivos, especialmente con respecto al alto costo de inversión de semejante renovación, Sergio, el Director, dijo: «Estoy bien al tanto de los números. Ya nos haremos cargo de ellos. Este vehículo tiene que salir perfecto. Eso es ahora lo más importante.» Luego miró a Matt y a los demás ejecutivos reunidos, y aprobó cada uno de los diseños y nuevos materiales propuestos.

    Es que había llegado el momento de renovar y actualizar. Lo que había dicho en su discurso, lo había dicho en serio: «La reconstrucción creativa comienza con el reconocimiento del hecho que los puntos de referencia de antes ya no existen más.»

    ‘Los puntos de referencia de antes ya no existen más.’ Las palabras de Sergio Marchionne produjeron un cambio total.

    Me pregunto: si las palabras del Director Ejecutivo de una fábrica de automóviles pueden producir semejante cambio, ¿qué no podrá producir en tu vida y la mía la Palabra del Creador y Redentor del universo?

    Al enviar a su Hijo Jesús al mundo, Dios cambió nuestros puntos de referencia. Nuestros problemas y luchas, nuestros altibajos, hasta nuestras tentaciones pueden parecer iguales que las de las demás personas. Pero cuando Dios actúa y habla en nuestras vidas, todo cambia. Jesús venció tu pecado, pagó el precio de tu culpa, y te prometió su sabiduría, su presencia, y su gracia eterna. Y eso cambia todo.

    Pero, ¿y qué del mal humor, las actitudes negativas, y las habladurías? ¿Por qué luchamos con adicciones y hábitos que nos lastiman y nos llenan de culpas y oscuridad? ¿Por qué nos abruma el dolor del pasado o las luchas del presente?

    Tengo buenas noticias para darte. Dios no nos prohibió tener una vida mejor. De hecho, en cuanto el pecado entró en el mundo, él inmediatamente puso manos a la obra y comenzó su proceso de reconstrucción creativa, que se concretó cuando envió al mundo a su Hijo Jesús. A partir de ese momento, los puntos de referencia que hasta ese entonces existían dejaron de existir-o sea, dejaron de existir todas las cosas que definían tu vida, y todo el castigo y la miseria que tu pecado merecía, y fueron sustituidos por la obra de Jesucristo, quien resistió todas las tentaciones por ti, sufrió y murió en la cruz por ti, y resucitó de la muerte por ti.

    Es por ello que Pablo nos recuerda: «Sean bondadosos y misericordiosos, y perdónense unos a otros, así como también Dios los perdonó a ustedes en Cristo. Por tanto, imiten a Dios, como hijos amados. Vivan en amor, como también Cristo nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros, como ofrenda y sacrificio a Dios, de aroma fragante» (Efesios 4:32-5:2).

    Tu renovación y restauración comenzó con la vida perfecta, sin pecado, de Jesús. Tu reconstrucción creativa continuó cuando Jesús fue a la cruz a morir en tu lugar como consecuencia de tu pecado, salvándote así de la condenación eterna, y alcanzó su punto máximo cuando resucitó de entre los muertos, rompiendo así las cadenas de la muerte y la miseria. En tu bautismo, Dios Padre te declara una nueva creación en Cristo Jesús. Lo viejo ha pasado, pues en él has sido hecho nuevo. Has sido renovado y restaurado. Ya no eres más un producto de segunda clase diseñado por ingenieros con escasos recursos. No. ¡Ahora eres una creación nueva y preciosa de Dios! Eres el diseño ganador envuelto en el premio de la gracia de Dios en Jesucristo.

    Ahora que has sido renovado y que estás viviendo tu nueva vida en Cristo, Dios quiere que hagas un impacto en este mundo. En otras palabras: Dios quiere que esa renovación que has experimentado en tu vida a través de su gracia, se exprese de tal manera cada día, que haga un impacto en las personas que te rodean.

    Un impacto fue lo que hizo el renovado Jeep Grand Cherokee. Se convirtió en un hit. Los vehículos se vendían como pan caliente, tanto, que la Chrysler tuvo que emplear más gente para la cadena de montaje para poder aumentar la producción y así satisfacer la demanda. El público sabe reconocer un producto bueno cuando lo ve. Semejante renovación causó un revuelo, y cambió la opinión del público con respecto a Chrysler.

    Lo mismo puede suceder contigo. Tu renovación y restauración debe ser motivo para que muchos más, al verte a ti, conozcan a Dios. Tu salvación debe ser motivo para que, a través de tu testimonio, muchas personas que están perdidas y que sufren encuentren la esperanza y la renovación que sólo Jesús puede darles. Entonces te pregunto: ¿puedes decir que tu nueva vida en Jesús está causando un revuelo a tu alrededor? ¿Puedes decir que tu testimonio está cambiando vidas y acercando a otras personas a Dios?
    Lamentablemente, no siempre lo hacemos. Chrysler tampoco lo hizo. En un artículo publicado en una revista financiera, el Director Ejecutivo confesó que la industria automovilística a menudo tenía más éxito ahuyentando que atrayendo al público. El autor del artículo escribió: «Elegir entre marcas de automóviles es como tratar de elegir el perro con menos pulgas.»

    Si eres cristiano, sabes que pasas por los mismos problemas que el resto de las personas. Pero también sabes que no estás solo, sino que tienes un Salvador que te acompaña y ayuda. Es por ello que tu vida puede ser un testimonio intencional de por qué el conocer a Jesús es lo mejor que te ha pasado en la vida. Permite que quienes te rodean vean que vives una vida diferente, con parámetros y valores diferentes. Permite que vean que vives sólo por gracia a través de tu fe en Jesús, con bondad, misericordia, humildad, y amor. Así es como los demás llegarán a saber que Jesús también los ama a ellos.

    El Apóstol Pablo dijo: «Por tanto, imiten a Dios, como hijos amados. Vivan en amor, como también Cristo nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros, como ofrenda y sacrificio a Dios, de aroma fragante» (Efesios 5:1-2).

    Hoy has oído cómo las buenas noticias de Jesucristo llegan a tu vida y te dan perdón para tus pecados, una vida nueva, y una esperanza renovada. Ahora sabes que ir a la iglesia no es una simple actividad social, ni algo que se hace para aparentar o dar una falsa impresión. Al contrario, a la iglesia vamos para recibir el poder que continúa renovando y restaurando nuestra vida, para que la gracia de Dios siga actuando en nuestra vida no sólo para beneficio nuestro, sino también de quienes nos rodean. Nuestra familia, nuestros amigos, nuestros vecinos, las personas con quienes trabajamos o estudiamos, todos ellos nos están observando y ven cómo nos comportamos y reaccionamos ante las circunstancias de la vida diaria. Dejemos, entonces, que nuestra vida renovada por Dios sea lo que ellos vean.
    La buena noticia es que estamos prontos, porque Jesucristo es nuestro Salvador, nuestra sabiduría, nuestro poder, y nuestra fortaleza. Ya no somos nosotros quienes actuamos, sino Jesucristo, quien vive en nosotros. Habiendo sido renovados por su gracia, permitamos que su reconstrucción se haga realidad en nuestras vidas para que los demás la vean y, al verla, conozcan y glorifiquen a nuestro Padre que está en los cielos.

    Si podemos ayudarte a compartir tu vida renovada, comunícate con nosotros en Cristo Para Todas Las Naciones. Amén.